Hola a tod@s ¿como están? Espero que muy bien, ¡cómo me está costando actualizar alguna entrada por aquí!, pero es que la vida no me dá para más y tampoco hay ganas de hacer alguna comida especial.
Pasó el mes de Octubre, llegó la festividad de los Santos, hice mi tradicional receta de gachas que compartí hace años, también hice mi tradicional aceitunas partidas aliñadas, las cuales me sirven para acompañar las comidas durante unas semanas.
Y así llegamos a hoy sábado 6 de noviembre, pensando y pensando, se me vino a la cabeza la pregunta que encabeza ésta entrada ¿quien come carne de pollo de campo todavía? y es que echando la vista atrás yo en los ultimo 5 años habré comido 6 o 7 veces solamente , y por que es lo que solemos cenar en nochevieja en casa de mis padres.
Así que si hiciera una encuesta y preguntara a la gente de mi entorno posiblemente no la hayan probado en el último año, pasa lo mismo que con el rabo de toro, receta top de la gastronomía cordobesa pero que casi nadie come en su casa y solo se deja para alguna comida especial fuera de casa, si acaso.
Ya sea por el precio que alcanza el pollo de corral, como se llama habitualmente y por que la gente mas nueva no está acostumbrada a esos sabores tan intensos, para la gente joven y no tan joven el pollo están acostumbrados a verlo muy blanco y a un sabor muy poco marcado, el mismo sabor para la pechuga, el muslo o las alitas.
Para alguien como yo, es un auténtico lujo poder contar con ésta carne, que he consumido desde pequeño gracias a que mi padre los cría , que recuerdos tengo de aquellas veces sacrificando el pollo con mi madre (el momento mas desagradable), desplumándolo con agua hirviendo, troceándolo y después limpiándolo todo.
Y luego llegaba el momento gastronómico, por que sí, la sangre se freía, a mi me gusta con su punto de sal, y el menudillo, que es la cresta, barbas, higadilla, higado, corazón y testículos , mi madre los convertía en un auténtico manjar con un poco de aceite, ajo y vino y aquellos arroces que estaban que quitaban el sentido...
El caso es que el otro día mi padre me regaló un pollo de campo, como no tengo mucho tiempo, congelé todo para cuando tenga días libres, menos la pechuga, y se me ocurrió hacer unos pinchitos que os presento en la receta de hoy.
Para sacar las pechugas a un pollo os recomiendo que uséis un cuchillo cebollero mediano bien afilado, en su defecto podeis usar la puntilla. Abriendo brecha sobre la linea longitudinal que une las dos pechugas, vais abriendo con los dedos y cortando al mismo tiempo, poco a poco va saliento, la carcasa no la tiréis, es la mejor aliada para hacer los caldos.
Ahora hay que trocearla al gusto, para pinchitos, en dados como de 1 centímetro.
Para el aliño puse en el vaso de la batirora el zumo de medio limón, bien de sal, pimienta, nuez moscada, 1 ajo mediano, media cucharilla de pimentón picante, pizca de colorante y chorreón de agua. Batir y embadurnar la carne en un tapper.
Para que quede muy impregnado estaría bien tenerlo así mínimo 1 día, si es 2 mejor. Para acompañar éste pinchito, simplemente freí algunos pimientos , para qué quiero más, en la simpleza está el éxito.
Así de apetitoso me quedó, espero que os dé ganas de hacerlo por que esa es mi intención.
Mucho mejor ir inventando vuestro aliño para carne que comprar siempre el mismo en el super.
Os deseo un mes de Noviembre muy fructífero y muy feliz, yo seguiré entrenando duro para llegar bien a mi gran reto, y espero volver por aquí con alguna receta interesante muy pronto.
Un abrazo a tod@s, chao chao.
Se ve delicioso!!....me encanta......Abrazotes, Marcela
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