Hola a tod@s, una semana más estamos por aquí, esta semana toca entrada de mantenimiento de nuestra bicicleta, en éste caso con la orbea alma montaña , cuando bajaba cuestas grandes notaba como el freno delantero no hacía fuerza suficiente para parar la bici, y el trasero hacía ruido.
Con lo cual toca cambiar las pastillas, en éste caso son unas shimano de resina, sobre 10 euros cuesta el par.
Para hacer el cambio tan solo necesitamos un destornillador plano grande, un paño y unos alicates.
Lo primero es poner la bici bocabajo, sacamos las ruedas, cubrimos el destornillador con el paño y separamos las pastillas para comprimir el pistón ( HAY QUE SER CUIDADOSO SI CREEMOS QUE AÚN SE PUEDEN USAR MÁS), a continuación enderezamos la clavija de seguridad y la sacamos, agarramos las pastillas y las sacamos.
Yo me he encontrado las delanteras en las últimas y las traseras a medio uso, con lo cual he decidido pasar las traseras delante y poner las nuevas atrás, que me dá más seguridad.
He lijado un poco las pastillas antes de ponerlas, hay que encajarlas en el pequeño soporte que las sujeta, el que se ve en la foto a la izquierda, y encajarlas en la pinza con cuidado, una vez dentro, metemos el pasador o clavija de seguridad y volvemos a separarlo un poco con los alicates.
Es una operación que se hace en cinco minutos y que realmente no merece la pena lleva nuestra bici a ningún sitio a que nos lo hagan.
Así que si notáis que algo no va bien en los frenos , revisadlos antes de que los daños sean mayores.
También quería compartir con ustedes mi paseo en bici el domingo pasado, al pasar junto a un campo de garbanzos no pude resistirme a pararme y es que me traen muchos recuerdos este cultivo pues desde pequeño lo he trabajado, pues mi padre cultivaba garbanzos, y ahora ésta planta está en ese momento en que puedes comer directamente de la mata, aún verde, empezando a secarse, llenísimo de sabor ,y bien grandes que eran los garbanzos.
Sin ninguna duda , el mejor y más sano snack que pude tomar el domingo para seguir pedaleando, no creo que ninguna forma de cocinado pueda mejorar el sabor de éstos garbanzos verdes.
También es un cultivo que cría muchas malas hierbas, que después manchan los garbanzos buenos, recuerdo que la mayoría de las cosechas no salían como se esperaba, pues al igual que ahora la climatología no suele acompañar, que a veces ni siquiera merecía la pena llevar una cosechadora y se segaban a mano, de madrugada y con un calcetín grueso en la mano.
También recuerdo con cariño muchos días limpiando garbanzos en casa, de paja, garbanzos partidos, terrones o piedras.
Habiéndolo cultivado, recogido y limpiado, parece que sabe mejor cuando te comes el cocido , que cuando solo abres una bolsa del supermercado y la usas. Así es , como la vida misma, sin más me despido que me he puesto un poco sentimental.
Nos leemos la semana que viene.
Próxima entrada: Visita a Martos y almuerzo en La Asturiana.
Un saludo , chao chao.
Manuel Bermúdez.
