Hicimos escala en Cartagena, allí paramos en un Hotel en las afueras pero cerca de un gran complejo comercial dónde pasamos una tarde agradable.
Al siguiente día nos pusimos camino a la capital del Turia, pero antes hicimos una rápida visita a la Manda del Mar Menor, unas playas maravillosas, unos 20 km de arena fina y aguas transparentes.
Casi a las ocho llegamos a la Hospedería del Pilar, en pleno centro de Valencia, vaya chasco cuando nos dijeron que no había ascensor para subir el carrito del bebé.
Aquí visitamos el mercado central, me dijeron que en extensión es el más grande de Europa (no sé si creermelo), nos pegamos un salto al Oceanografic, que nos encantó, también pude correr por las calles de ésta gran ciudad, una de las más importantes de España.
Pudimos cenar en una taberna típica española, Mesón Antonio Manuel, creo recordar, a buen precio, ensalada valenciana ( igual que todas pero con aceitunas con hueso y cebolla), una fritura de pescado , una tapa de mejillón tigre y otra de quesoquillo, además de lo que más nos gustó, la tarta de naranja.
El viernes a medio día pusimos rumbo a Cuenca, hacía muchísima calor, sería imposible viajar a estas horas sin el aire acondicionado.
Llegamos a nuestro destino y nos dió tiempo a comer en Casa Jose, sin tilde, una taberna con gran terraza, degustamos el menú de día, el mío consistió en arroz con costillas, manitas de cerdo en salsa, y tarta de queso.
El de mi mujer, trucha con ensalada y revuelto de verdura, fué todo un acierto, platos llenos de sabor, un lugar para volver.
El de mi mujer, trucha con ensalada y revuelto de verdura, fué todo un acierto, platos llenos de sabor, un lugar para volver.
Estaban ríquisimas. |
Al caer la noche nos fuimos a conocer la ciudad, no había mucho ambiente ni mucho que ver, nos sentamos a cenar en Café bar la Martina, donde pedimos una yesca de ventresca (es una tosta) y la hamburguesa especial, correcto y buen servicio.
Puerta de Toledo (Ciudad Real) |
El sábado nos pusimos en marcha justo a las doce del mediodía , nos esperaba un viaje largo hasta Ciudad Real, paramos en un muy buen sitio para el almuerzo, Restaurante Trujillo, comimos el menú Dulcinea y una ensalada, yo estaba algo desganado.
Es un lugar para llenar bien el estómago a buen precio, el local estaba lleno de gente, especialmente moteros.
Es un lugar para llenar bien el estómago a buen precio, el local estaba lleno de gente, especialmente moteros.
Agotados por el calor, llegamos a nuestro destino, otra ciudad en la que apenas pudimos ver nada pero donde si disfrutamos mucho del hotel Cumbria, posiblemente uno de los mejores de la ciudad, con tres estrellas, spa, gimnasio, pista de padel, parking gratuito y piscina aunque ésta no se corresponde con la categoría del hotel. pequeña y sin césped natural.
Este hotel aunque un poco alejado del centro , se puede llegar andando, está como a unos 1500 metros de la plaza mayor.
En ésta plaza pudimos ver música en directo y disfrutar de alguna tapa.
Después nos dirigimos a la terraza de la Taperia Cervantes donde pudimos comer unas croquetas caseras muy sabrosas y una sepia muy rica, además de un poco de queso de la zona.
Después nos dirigimos a la terraza de la Taperia Cervantes donde pudimos comer unas croquetas caseras muy sabrosas y una sepia muy rica, además de un poco de queso de la zona.
Al día siguiente pensábamos volver a Castro del Río pero decidímos alargar nuestra estancia un día más, almorzamos en Pizzeria La MIA MAMMA, un lugar muy acogedor, de los más bonitos que he visto últimamente y buen servicio y comida.
Comimos la ensalada rosales y la pizza di mare, junto con una cerveza local que no conocía y me encanto, la Calatrava.
De postre nos ofrecieron bizcocho con crema de melocotón, sencillo pero muy resultón, nos encantó.
Vuelta al frescor de la habitación del hotel y al caer la tarde salimos buscando algo nuevo que conocer, estuvimos en varias plazas, cero recordar que en el Paseo del Prado nº2, está el bar La Sirigaita, hace mucho mucho tiempo que no me siento a cenar en un lugar tan desorganizado como éste, 15 minutos esperando la bebida, no me toma la comanda de la comida hasta que no le dá la gana, me retira los vasos de los que habían estado antes a los 25 minutos, un camarero te coje la comanda con una aplicación de móvil, otro te trae la bebida, otro te trae la comida, otro te cobra...
En fín, el dueño es mejor que se lo haga mirar, por que no es un lugar para volver.
En fín, el dueño es mejor que se lo haga mirar, por que no es un lugar para volver.
Después nos dimos un paseo por los columpios del parque y vuelta al hotel.
El lunes no había tiempo para más, desayuno europeo en la cafetería y un par de horas de coche hasta casita.
Feliz semana a tod@s.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios enriquecen éste blog.
Muchas gracias de parte de Lolotron,
más conocido como Manuel Bermúdez.
(Castro del Río , Córdoba).